El 27 de junio de 1910, en el marco de una feria de muestras del sector productivo mallorquín organizada por el Ayuntamiento de Palma, llegó al puerto de Palma el piloto francés Julen Mamet con un avión Bleriot desmontado. Este evento, que se había puesto de moda por el espectáculo que ofrecía la aviación, fue concebido como una brillante demostración para la ocasión.
El avión fue transportado en un carro común de la época hasta el Hipódromo de Son Masia, ubicado en la finca homónima junto al Pont d’Inca, un lugar que hoy situaríamos en la rotonda que lleva a El Campo. La tarde del 27 de junio se realizaron una serie de pruebas ante periodistas e invitados, las cuales resultaron satisfactorias.
El 28 de junio, día de la gran demostración, una multitud de entre ocho y diez mil personas se congregó desde primeras horas de la mañana, llegadas de la capital y de todos los pueblos de la isla. A la hora señalada, Julen Mamet preparó su aeroplano, una máquina con un motor de 20 CV y una velocidad de unos 40 km/h.
Mamet encendió el motor y levantó el vuelo, alcanzando una altura de unos 200 metros. Tras unas breves evoluciones, al pasar sobre la tribuna de invitados, el avión quedó enganchado en las ramas altas de un algarrobo al intentar remontar el vuelo. El incidente descolgó el avión y lanzó al piloto sobre un montón de gavillas. Afortunadamente, Mamet solo sufrió golpes y moratones, aunque los daños al avión fueron cuantiosos, lo que obligó a suspender el festival.
Este vuelo certificó el primer sobrevuelo sobre el cielo de Mallorca, hasta entonces solo surcado por aves. El evento se convierte en un hito memorable en la historia de la aviación mallorquina.