El proyecto de apoyo Psicosocial y de intervención en infancia y adolescencia ha atendido un 65 por ciento más de familias los últimos dos años: en 2018 pasaron por el programa 104 familias y 2020, 172. El total de unidades familiares participantes del proyecto supone una población de 551 personas, de las cuales 119 son menores de 12 años, 129 tienen entre 13 y 18 años y 263 son adultos que conviven con los menores. De los casos atendidos un 68% son familias con problemas sociales, un 12,2% los adultos presentan falta de habilidades en la crianza y un 5,2% son jóvenes con expediente abierto de reforma.
«Una vez han pasado por el programa, la mayoría de los participantes presenta una mejora en el estado del bienestar de los niños y adolescentes y una merma en la conflictividad de las relaciones familiares produciendo una reducción de los factores de riesgo«, explicó la Coordinadora General de Bienestar, Catalina Encontrado.
El programa tiene un presupuesto de 225.000 anual y se financia, en parte, mediante convenio de colaboración con el IMAS y esta diseñado como el primer paso en previsión de la delegación de competencias en materia de declaración de riesgo prevista en la ley balear de Atención y los derechos de la infancia y la adolescencia de las Islas Baleares.
¿Qué es el programa de Apoyo Psicosocial y de Intervención en infancia y adolescencia?
Este proyecto está dirigido a familias en situación de riesgo y vulnerabilidad social.
Como proyecto específico quiere potenciar el bienestar y la calidad de vida de las familias atendidas en los servicios sociales en aquellos hogares donde hay menores para disminuir el riesgo, potenciar las competencias de crianza, favorecer la integración social y comunitaria de las familias, dinamizar, mejorar la comunicación y convivencia entre los jóvenes y los adultos de las familias, coordinar y reforzar sistemas de apoyo e implementar planes de trabajo con familias que tienen declaración jurídica de riesgo. Este servicio lleva a cabo una intervención precoz que pretende disminuir el riesgo desde una primera detección, por lo que son los profesionales de los CMSSCB quienes hacen la derivación al servicio.
El trabajo lo desarrolla un equipo formado por tres psicólogas, si bien desde el pasado mes de enero se ha incorporado una cuarta psicóloga.