Un estudio muestra que la mayoría de los consumidores cree adquirir productos locales protegidos, pero los datos de comercialización indican lo contrario
La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, a través de la Dirección General de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, ha publicado la quinta y última parte del Estudio del consumo de los alimentos con Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP) en Mallorca. Los resultados revelan una aparente desconexión entre la percepción de los consumidores y la realidad de sus compras.
El estudio, que entrevistó a 1.019 residentes en la isla de entre 25 y 65 años, muestra que un alto porcentaje de los encuestados asegura comprar regularmente productos con DOP e IGP de las Illes Balears, como la ensaimada de Mallorca (89,2%), el queso Mahón-Menorca (87,4%) y la sobrasada de Mallorca (79,5%). Sin embargo, los datos de comercialización reflejan que muchos de estos consumidores adquieren en realidad productos que no están protegidos por estas denominaciones.
Joan Llabrés, director general de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, ha señalado que «aunque el número de personas que manifiestan comprar alimentos registrados bajo la DOP o IGP se ha incrementado de manera considerable desde 2016, los datos de comercialización nos llevan a pensar que se están adquiriendo productos de marcas que no están protegidas».
El estudio también revela que, a pesar de la percepción de compra frecuente, el consumo de alimentos DOP e IGP sigue siendo mayoritariamente ocasional, con la excepción del queso Mahón-Menorca, que más del 61% de los encuestados dice comprar cada semana.
En cuanto a otros productos, un 67% de los encuestados afirma comprar aceite de Mallorca, mientras que un 67,5% asegura adquirir oliva de Mallorca, y un 60,3% indica que compra almendra de Mallorca, lo que supone un notable incremento en comparación con estudios anteriores. Sin embargo, nuevamente, los datos de comercialización no respaldan completamente estas cifras.
«Gracias a estos estudios podemos concluir que el consumidor aprecia los alimentos de las Illes Balears y está dispuesto a comprarlos e incorporarlos en su día a día», ha añadido Llabrés, subrayando la necesidad de continuar trabajando tanto desde las administraciones como desde los productores para que los consumidores puedan diferenciar claramente entre productos con DOP o IGP y aquellos que no lo son.