El F15 de Gonzalo Botín se adjudica una cómoda victoria en la clase Big Boats, que por primera vez ha reunido a siete veleros de más de 24 metros. Chinook (Época Cangreja), Comet (Época Bermudiana), Argos (Clásicos) y Happy Forever (Espíritu de Tradición) completan el cuadro de honor.
Mahón, 31 de agosto de 2024. La vigésima edición de la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época concluyó hoy en Mahón con la victoria del Lady Anne (1912) en la clase Big Boats. El velero, patroneado por Gonzalo Botín, dominó la competición de principio a fin, imponiéndose en las tres regatas disputadas. Este año, la categoría Big Boats reunió por primera vez a siete embarcaciones de más de 24 metros de eslora, haciendo de esta edición una de las más espectaculares hasta la fecha.
En la clase Época Cangreja, el Chinook (1916) se alzó con el título tras un emocionante duelo con su gemelo, el Rowdy. Aunque ambos barcos ofrecieron una de las competiciones más reñidas, el Chinook logró imponerse gracias a su mayor pericia en las condiciones de viento variables que caracterizaron la jornada.
El Comet (1946) revalidó su victoria del año anterior en la categoría Época Bermudiana, superando a sus rivales con una navegación impecable. Su principal adversario, el Sonata (1937), no pudo mantener el ritmo del Comet, que se mostró superior en todas las pruebas.
Por su parte, el Argos continuó su racha triunfal en la clase Clásicos, logrando su séptima victoria consecutiva en la Copa del Rey Repsol. Aunque cedió el liderato en la última regata, su ventaja acumulada fue suficiente para asegurarse el primer puesto en la clasificación general.
Finalmente, en la categoría Espíritu de Tradición, el Happy Forever (2008) se impuso al Calima (1970) en una ajustada competición que se decidió en la última jornada. Esta es la primera vez que el Happy Forever se corona campeón en esta categoría, marcando un hito en su trayectoria en la vela clásica.
La Copa del Rey Repsol de Barcos de Época se despide así de una edición histórica, en la que la calidad de la competición y la belleza de las embarcaciones han brillado con luz propia en las aguas de Mahón.