Después de casi dos décadas trabajando como carretero en el Departamento de Rampa del Aeropuerto de Palma, Manuel se jubila dejando un legado de esfuerzo, profesionalidad y compañerismo, mientras reflexiona sobre los desafíos y aprendizajes de una vida dedicada al sector aeroportuario.
Palma, 22 de diciembre de 2024.- Después de casi dos décadas trabajando en el Departamento de Rampa del Aeropuerto de Palma, Manuel, un veterano del sector, se jubila dejando un legado de profesionalidad y compañerismo. En un emotivo vídeo, reflexiona sobre su trayectoria, los desafíos del trabajo y la importancia de la educación, la disciplina y los valores en la vida.
Manuel recuerda cómo comenzó su carrera con 48 años, una edad en la que conseguir empleo puede ser difícil, especialmente tras haber trabajado como autónomo y quedarse sin derecho a paro. «Ineuropa, después Acciona me dio la oportunidad cuando nadie lo hacía. Estoy agradecido porque siempre me enseñaron bien», comenta con sinceridad. Aprendió los entresijos del trabajo en Rampa, desde manejar carros hasta cargar las bodegas de los aviones, bajo la guía de compañeros veteranos que le transmitieron sus conocimientos.
El trabajo en rampa no es para todos. Es físico, exigente y no entiende de condiciones climáticas. «El avión tiene que salir haga sol, viento o nieve. Es un trabajo duro, aunque los jóvenes quizás lo disfruten más», explica. Las jornadas pueden variar: a Manuel le gustaban los turnos de mañana, pero reconoce que los horarios de tarde, aunque más tranquilos, se hacían largos.
La realidad del aeropuerto de Palma
El aeropuerto de Palma, uno de los más transitados de España y Europa, cerró 2023 con más de 30 millones de pasajeros y cerca de 200.000 movimientos de aeronaves, consolidándose como un pilar del turismo balear. Este nivel de actividad no sería posible sin los miles de trabajadores que sostienen su operativa, muchos de ellos en puestos temporales debido a la marcada estacionalidad del sector. Según datos recientes, más del 30 % de los contratos en el aeropuerto son eventuales, lo que refleja la dependencia del turismo y las fluctuaciones en la demanda.
El trabajo en la rampa es esencial para el funcionamiento del aeropuerto. Los llamados «maleteros» o agentes de rampa son responsables de cargar y descargar equipaje, asegurar que cada vuelo cumpla con los tiempos y colaborar con otros equipos, como los de mantenimiento, para garantizar la seguridad. A pesar de ser un trabajo físico y rutinario, Manuel destaca que le proporcionó una sensación de libertad: «Estar en la pista, entrando y saliendo, me hacía sentir menos encerrado. Aunque cada vez tenemos menos libertad, yo siempre me he sentido libre en mi interior».
Lecciones de vida y despedida emotiva
Manuel no solo se lleva la experiencia profesional, sino también una serie de aprendizajes y principios que compartió en el vídeo. «La disciplina es importante, no como ordeno y mando, sino como organización. Ser legal con los demás es clave», comenta mientras reflexiona sobre cómo los códigos y la educación son esenciales, aunque reconoce que se están perdiendo.
En su despedida, sus compañeros no escatimaron palabras de cariño y gratitud. «Manuel, te vamos a extrañar mucho por ser buen compañero, buena gente y, aunque a veces nos dieras guerra, siempre de forma cariñosa. Te deseamos una jubilación llena de salud y felicidad», expresó uno de ellos entre risas y emoción.
Con esta jubilación, Manuel cierra un capítulo de su vida con la satisfacción de haber contribuido al funcionamiento de uno de los aeropuertos más importantes de España, dejando un ejemplo de dedicación y compañerismo. Ahora, como le desearon sus colegas, comienza un nuevo vuelo en el que podrá disfrutar plenamente de su tiempo y libertad.