La artista Yolanda Costa nos habla sobre su exposición más personal, inspirada en las mareas y su capacidad para simbolizar los altibajos emocionales, en una muestra que combina naturaleza, abstracción y reflexión.
Palma, 26 de diciembre de 2024. La artista gallega afincada en Mallorca Yolanda Costa nos presenta su exposición, «Mareas Vivas», un proyecto profundamente íntimo que encuentra en las mareas su metáfora principal. «Esta exposición representa la danza incansable entre luz y sombra, entre calma y caos, una cadencia cíclica que refleja los altibajos de la vida», explica Costa. La muestra combina abstracción y simbolismo, inspirándose en las huellas que las mareas dejan en la arena para explorar las marcas que las emociones imprimen en las personas.
Yolanda Costa define las mareas vivas como un fenómeno de gran contraste entre la marea alta y la baja, un concepto que conecta directamente con su obra. «Para mí, es un paralelismo perfecto con lo emocional. Esa dualidad constante, esos claroscuros, son el eje central de lo que quiero transmitir», señala. En «Mareas Vivas», cada obra se convierte en una exploración de las texturas, los colores y las emociones que nacen de este contraste.
Una conexión entre la naturaleza y el ser humano
La naturaleza ha sido siempre una fuente de inspiración para Yolanda Costa, como lo demuestra en sus exposiciones anteriores, «Simbiosis» y «Raíces». Sin embargo, en esta ocasión, la artista se adentra en un territorio más personal. «Aunque sigo conectando con la naturaleza, esta vez me he centrado más en el mar y sus vaivenes, en cómo las mareas suben y bajan, dejando huellas tanto físicas como emocionales», reflexiona la artista.
Las obras de la exposición están cargadas de significado. Yolanda menciona como ejemplos títulos como «Marusia», que significa «malamar» en gallego, un estado del mar que impide a los marineros salir a navegar, o «Manglar», que explora el contraste entre la vida y la oscuridad que rodea a estos ecosistemas. «En ‘Manglar’ se refleja esa lucha entre lo oscuro y el deseo de salir adelante, con colores más vivos que buscan romper con la penumbra», detalla.
El proceso creativo: improvisación y emoción
Para Yolanda Costa, el proceso creativo detrás de «Mareas Vivas» ha sido tan intenso como revelador. La artista describe cómo trabajó durante horas con materiales industriales, dejando que la improvisación guiara su obra. «Algunas piezas, como ‘Ribeira’, surgieron de un proceso completamente libre, donde dejé que los materiales me llevaran. Creo que esa libertad se percibe en el resultado final», comenta.
Sin embargo, no todo fue fluidez. Yolanda Costa admite que muchas de las obras nacieron en momentos de crisis personal. «Había días en los que tenía que dejar de pintar porque la emoción era demasiado intensa. En ocasiones, incluso daba la vuelta a los cuadros para no volver a verlos hasta días después», confiesa. Este vaivén emocional queda reflejado en obras como «Bruma», creada en medio de una tormenta de verano en Mallorca, o «Dunas», que combina la calidez de los tonos beige con pinceladas de claro-oscuros que aluden a la tormenta.
Un homenaje a las costas gallegas y mallorquinas
La exposición no solo refleja el mundo interno de la artista, sino que también es un homenaje a dos lugares que han marcado su vida: las costas de Galicia y Mallorca. «He querido unir ambas influencias. El mar gallego, con su bravura y su malamar, y la costa mallorquina, con la textura del marés y las tormentas de verano, son mi principal inspiración», explica Costa.
En obras como «Estuario» y «Salbufera», la mezcla de agua dulce y salada simboliza la convivencia de lo contradictorio, mientras que piezas como «Tormenta de Verano» capturan el dinamismo y la fuerza del mar Mediterráneo. «Cada obra tiene una conexión con la costa. A veces es evidente, como en ‘Ribeira’, y otras es más sutil, pero siempre está presente esa relación con el agua, con el mar, con lo que sube y baja», destaca.
Más allá de su proceso personal, Costa valora especialmente la interacción del público con sus obras. «Me interesa mucho escuchar lo que las personas sienten al ver mis cuadros. Algunos me cuentan que una obra les recuerda a una tarde con un ser querido o a un momento de su vida que los marcó. Eso, para mí, es el verdadero arte: generar una conexión», concluye.
«Mareas Vivas» ofrece una experiencia que invita a reflexionar sobre la conexión entre la naturaleza y las emociones humanas, en un viaje de claroscuros que no deja a nadie indiferente.
La exposición se inauguró en agosto en Fundación Barceló para la Nit de l ‘art de Felanitx y ha itinerado en Catavinos Palma y en el espacio expositivo de Sa Ferreria, Campos donde se puede visitar hasta finales de enero.