En el año 2001 se realizaron unas excavaciones en el sitio llamado “La Raconada de Santa Margarita” junto a la iglesia de mismo nombre en la calle de Sant Miguel de Palma. El objetivo; sacar a la luz unos restos, que después resultarían ser la parte inferior del bastión viejo (sigloXIII) de Santa Margarita, construcción de alguna forma adosada a la puerta del mismo nombre. Estos vestigios quedaron expuestos al público y hoy se pueden ver en el número 66A de la calle Sant Miguel.
En el año 1118 y después del paréntesis de la breve ocupación pisano-catalana, los moros que poblaban la ciudad vieron la necesidad de ampliar las murallas de la misma y construyeron una serie de trozos más de muralla y sus correspondientes puertas. Una de ellas fue la de; BAB-AL-KOFOL, situada, en lo que hoy es la calle de Sant Miquel, entre donde están estos restos y la actual Residencia de Santa Margarita (de la tercera edad).
El 31 de diciembre de 1229 con la conquista de la ciudad por el Rey Jaime I, las tropas cristianas hicieron su entrada en Madina Mayurqa por esta puerta que desde aquel entonces pasó a llamarse, puerta de la Conquista, Puerta Pintada, de Santa Margarita o del Esveïdor. Con la llegada de estos nuevos ciudadanos hubo la necesidad de restaurar los destrozos causados por los recientes combates y adecuar las murallas a los nuevos tiempos que se preveían (como así fue) bastantes conflictivos en el Mediterráneo. Así que alrededor de 1290 construyeron un baluarte de formar circular (al cual pertenecen los restos encontrados) adosado a esta puerta, para potenciar su defensa. Este baluarte sirvió como polvorín durante años.
A mediados del siglo XVI, se planteó la construcción de una muralla como las que existían en otras ciudades e islas del Mediterráneo, parece ser que, con la colaboración o influencia de arquitectos italianos y comenzó lo que se llamó muralla renacentista y que es el último trazado que hemos conocido.
Esta fortificación se demolió a principios del siglo XX, quedando solo parte de su fachada marítima. La construcción de esta muralla también significó un ligero cambio de trazado y la construcción de una serie de revellines, baluartes y hornabeques, uno de estos baluartes fue el de Santa Margarita, que se construyó frente a la puerta del mismo nombre, anulándola como puerta de acceso a la ciudad y quedando como acceso a este baluarte.
Podemos suponer que esto fue motivado por la necesidad del sistema defensivo que tras una puerta en el interior de la ciudad hubiera un espacio libre, cosa que no ocurría con la puerta de Santa Margarita.
Siguiendo la construcción de la muralla hacia el Levante, a unos cientos de metros se edificó una nueva puerta que también se llamaría Santa Margarita o Puerta Pintada y que se ubicaría, en lo que es hoy la Plaza de España y frente a la estación del ferrocarril. Su situación exacta la podríamos adivinar si tenemos en cuenta que el puente que cruzaba el foso y le daba acceso quedó bajo lo que hoy es la estatua ecuestre del Rey Jaime I.
Esta duplicidad ha sido la causa por la que mucha gente tenga una idea errónea de la situación de la Porta Pintada o de Sant Margarita. Unos piensan, la mayoría, que estaba al principio de la calle Sant Miguel y otros en la Plaza España, pero no es frecuente encontrar quien tiene conocimiento de la realidad, aunque si hay quien tiene claro que había la Porta de Santa Margarita o Porta Pintada Vella y la Nova, según fuera una u otra. Lo que está claro es que solo había una BAB-AL-KOFOL.
A principios del siglo XX como ya hemos apuntado, por motivos urbanísticos después de muchas discusiones sobre su procedencia, se decidió demoler las murallas de la ciudad, no obstante, debido a su importancia histórica, se vio la necesidad de preservar la antigua puerta de BAB-AL-KOFOL o Santa Margarita Vella, esto se vio refrentado por un decreto real de 1908 que la declaraba monumento nacional.
Panorámica antigua de la Calle San Miguel a la altura de la Puerta de Santa Margarita
Panorámica actual de la Calle San Miguel a la altura de la Puerta de Santa Margarita
Local en donde se ubican los restos del bastión
Pero ya sabemos en Baleares que ante la religión del urbanismo no hay decreto real que valga, y en la noche del 27 de febrero de 1912, una legión de obreros armados de herramientas y barrenos destruyeron tan histórico bien, se dice que fueron enviados por el ayuntamiento, lo que provocó un tsunami político con algunas dimisiones. Pero la puerta, aunque se intentó restaurar, jamás se pudo recuperar su esplendor, privándonos de un bien cultural más.
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