El multilingüismo es un fenómeno omnipresente en todo el mundo, con cerca de 6.000 lenguas habladas en 200 naciones. En casi todos los países, la presencia de más de una lengua da lugar de forma natural a comunidades de habla, de diferente tamaño, que están constituidas por individuos que utilizan dos o más lenguas habitualmente. Esto ocurre independientemente del estatus oficial y de la prevalencia educativa de estas lenguas. Por eso, entender qué mecanismos conducen a la extinción de las lenguas y cuáles pueden permitir la coexistencia es clave para preservar la diversidad cultural.
Con este objetivo, investigadores del IFISC (UIB-CSIC) recopilaron publicaciones geolocalizadas en Twitter, de 16 países, entre los años 2015 y 2019, con el objetivo de explorar los patrones espaciales de la coexistencia lingüística en las sociedades multilingües. Esto les permitió determinar el alcance de la segregación espacial, definida como la diferencia en la distribución de los hablantes de un grupo lingüístico en comparación con la población total. Los investigadores observaron países o regiones con una segregación de comunidades monolingües elevada, como Suiza, mientras que otras, como Cataluña, son un ejemplo paradigmático del comportamiento contrario, caracterizado por una mezcla entre grupos elevada.
El trabajo también destaca el hecho de que en determinadas sociedades bilingües los hablantes monolingües de una determinada lengua están prácticamente extinguidos, como es el caso de Cataluña, Quebec o País Vasco. En estas situaciones, los bilingües actúan como reserva lingüística de la lengua en peligro, manteniéndola viva durante largos períodos de tiempo. El modelo matemático propuesto contempla la inclinación cultural de los bilingües por una de las dos lenguas. Esta preferencia puede actuar como un mecanismo de defensa de la lengua en peligro de extinción, puesto que su uso por parte de los hablantes bilingües puede bastar para salvarla, a pesar de un posible menor prestigio social de esta lengua. Los investigadores consideran que este nuevo parámetro preferentemente es fundamental para determinar si las lenguas pueden coexistir o no.
Por lo general, estas conclusiones explican el papel de las comunidades de habla heterogéneas en las sociedades multilingües y pueden ayudar a perfilar los objetivos de las políticas de planificación lingüística en países donde los cambios acelerados amenazan la diversidad cultural.