Seguimos con la serie de consejos sobre salud infantil con el maravilloso pediatra Jorge Muñoz, que desde su consulta «Espacio Jorge el pediatra» nos acerca la medicina que involucra a bebés, niños y adolescentes en formato de vídeo, para que estéis al tanto de novedades, investigaciones y consejos que nos ayuden en la crianza de nuestros hijos e hijas.
En esta nueva entrada Jorge nos hablará sobre el fascinante mundo del gateo, que es una preocupación añadida para muchos padres, que quieren saber si su hijo va a gatear o no. Jorge nos recomienda pensar en el presente y dejemos que el futuro fluya porque esa preocupación nos puede arrastrar como un sunami. «Cuando llegue el momento del gatear hablaremos del gateo y esa es la respuesta.»
¿Cuándo empiezan a gatear los peques?
Los bebés suelen gatear entre el octavo y décimo mes de vida, aunque hay algunos que pueden empezar raramente en el sexto mes. En las visitas al pediatra es muy importante hablar del desarrollo que está haciendo el pequeño. Empiezan a querer girarse boca arriba y boca abajo sobre los 5 meses y empiezan a quedarse sentados sobre los 8 meses de edad. Como ha afirmado el doctor, a partir de los 8 hay muchas probabilidades que comiencen a gatear y hasta los 10 donde ya encuentran un obstáculo y se incorporan, incluso llegando a desplazarse agarrados a los muebles.
Una vez que van desarrollando estas destrezas, llega el momento en el que se lanzan a andar alrededor de los 12 meses, llegando en algunos casos a los 18-19 meses de edad.
¿Para qué sirve el gateo?
El gateo es muy importante para la tonificación muscular del bebé. Hay algunos que empiezan a gatear y ahí cogen más fuerza en los miembros tanto superiores como inferiores para luego pasar al siguiente escalón que es el de andar. Es muy importante el tema de la visión. Se ha demostrado que los pequeños que gatean tiene mayor agudeza visual y más desarrollo psicomotriz. Son capaces de saber donde está un objeto que quieren alcanzar y llegan a él gateando.
Con el gateo ganan en independencia. ¡Qué maravilla gatear!. Ya no están sentaditos en una silla todo el rato. Lo bueno del gateo, además de esa libertad, les va a favorecer incluso la comunicación. Pueden ser capaces de indicarnos qué quieren, porque a esas edades todavía no hablan, gateando hacia lo que ellos buscan.
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Hay muchos modos de gateo. Algunos peques dejan una piernecita arrastrando atrás, que a algunos papás les puede preocupar. Otro niños arrastran el culo. Estos son muy graciosos porque están sentados, ayudándose con las manitas a empujones y llegando a donde quieren muy rápido. Hay que destacar que los peques que arrastran el culo tardan más a andar, llegando a las 17 o 18 meses de edad.
¿Qué sucede cuando un niño es un buen gateador?
Jorge los denomina un «gran gateador» y tardan más en andar porque les va de maravilla gateando porque se desplazan a gran velocidad y no necesitan andar. Los peques que no gatean no nos deben preocupar. No pasa nada si pasan directamente a andar. Es cierto que se les puede estimular un poco. Por ejemplo se les puede tumbar boca abajo a los 3 o 4 meses de vida; colocarle objetos llamativos delante de ellos a ver qué quieren hacer. Algunos se pueden mover haciendo la croqueta. Jorge quiere dejar claro que si los bebés no gatean, no pasa nada. Han pasado directamente a andar.