Pere Ollés perteneciente a la Fundació Amics del Patrimoni ha destacado que este año se celebran los 10 años desde que el Canto de la Sibil.la figura en la lista representativa de la UNESCO. Organizado por el Consell de Mallorca, la Dirección Insular de Patrimonio y la propia Fundación han organizado 3 actos, Uno es la presentación de un proyecto didáctico, sobre la Sibil·la en los Centros Educativos. Otro es la visita al Taller de Restauración en el que están restaurando otras 4 Sibilas. Y este acto de clausura con la interpretación del canto por parte de Inés Más Vadell, sibil·lera de Campos, con interludios a cargo de Miquel Pons, organista de la Iglesia de San Nicolás.
Mallorca es el único lugar del mundo en el que se sigue entonando este canto al Juicio Final. Este es uno de los motivos por lo que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Pere Ollés sigue aclarándonos que actualmente la Sibil·la es más conocida, ha sido más estudiada, más respetada y más querida. Además de la propia importancia litúrgica, destaca por ser un atractivo cultural, no solo para los católicos o los creyentes, sino para todo el mundo.
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La Sibil·la que pudimos contemplar en la Iglesia de san Nicolás, es un Sibil·la Frigia que pertenecía a la Casa Santa del Convento de San Domingo que cuando desapareció, se repartieron sus piezas artísticas. Son imágenes efímeras porque son de tela y cartón. Son ornamentales porque se exponían como una pieza escenográfica del Jueves Santo que se celebraba en dicho convento. En el Taller Diocesano de Restauración está otras piezas que se están restaurando, lo que haré que sea un conjunto excepcional.
Pere Ollés durante el Acto
Francesc Vicens, musicólogo y autor del proyecto didáctico de la Sibil·la, afirma que esta figura tiene una dimensión emocional y cultural muy importante para el imaginario colectivo de los mallorquines porque es un elemento identitario. Nos aclara que el origen litúrgico del canto de la Sibil·la proviene de los dramas litúrgicos teatrales que se remontan a la época medieval y la Sibil·la era el último personaje de una procesión de personajes de la antigüedad, pero además en un momento dado la actuación de la Sibil·la como solista fue un rotundo éxito.
Según el documentalista Andreu Canals, el nombre de Sibil·la, le viene dado por su
mensaje profetizando el futuro, como lo hacían las Sibil·la de la Grecia clásica
o la antigua Roma a las cuales se les atribuían
dotes de adivinación del futuro, según unos conocimientos ancestrales, que solo
la mujer podía poseer ya que se la veía como la fuente de la fertilidad.
Hace siglos
se cantaba en toda Europa, en latín y después en las lenguas vernáculas, pero
después del Concilio de Trento en que se depuró la liturgia se eliminaron algunas supersticiones y elementos
profanos introducidos durante la Edad Media. La Sibil·la fue considerada contraria al espíritu de la celebración
Eucarística y dejo de representarse.
Órgano de la Iglesia de San Nicolás
Andreu Canals continúa con su narración afirmando que al principio no se cantaba sino que el obispo
leía sobre el altar la Novena Lección y seis sacerdotes le contestaban con los
versos del “Iudici signum» acompañados del coro parroquial. Es a
finales del siglo XVIII cuando empieza a ser interpretada como la
conocemos, si bien ha sufrido algunos cambios a lo largo de los años
básicamente su escenografita y música es
la misma.
La Sibil·la era
interpretada hasta hace unos años por niños, hoy ya la interpretan tanto niños
como niñas, incluso jóvenes de ambos sexos que tengan una voz con un registro que se adapte a las notas de
su musicalidad.
En el año 2004 fue
declarada Bien de Interés Cultural por el Consell de Mallorca y en el año 2010
declarada Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO, División de cultura de
la ONU. Esta tradición se adaptará a los tiempos que le ha tocado vivir. No se plantea un cambio de concepto. Es algo pasajero que no puede afectar al profundo arraigo del que goza esta tradición. Por lo que este año lo disfrutaremos a través de las ondas.