El proyecto «Cámara de combustión» es una exposición realizada en colaboración por el artista Albert Pinya (Palma, 1985) y el ceramista Joan Pere Català Roig (Palma, 1973). El proceso de estos dos creadores se entrelaza en esta muestra para crear una instalación que pretende llevar la unión de dos medios al límite de sus posibilidades expresivas.
La arcilla y la pintura son la base para construir desde una metodología ancestral. Mediante la aplicación del lenguaje pictórico a la cerámica se desarrolla un discurso disruptivo con un mensaje claro de la necesidad de volver a la tierra en tiempos de infinita incerteza.
El tacto, el sentido que más comunica, es el sentido más presente en la cerámica. El dominio del oficio a la hora de crear las piezas es imprescindible; es a través del gesto donde nacen las esculturas y es solo mediante el fuego como adquieren consistencia. De la fuerza telúrica de la tierra y del fuego, y del hacer con paciencia y humildad de Català Roig, nacen una serie de formas que se combinan para crear unas piezas escultóricas de grandes dimensiones que bien podrían ser vistas como tótems. A lo telúrico de la cerámica le es añadido un componente ancestral mediante el uso de formas geométricas, transformadas y enriquecidas por la iconografía característica de Albert Pinya. A través del lenguaje pictórico, la cerámica se humaniza y empieza a contar historias; la civilización como reflejo del pensamiento toma su lugar.
La expresión artística nacida de estos procesos que conservan una identidad única e inmutable refleja la reacción de estos dos artistas a la tecnobarbarie a la que nos arrastra la revolución digital y la necesidad de sobrevivir a la avalancha de tendencias, estímulos y modas efímeras, producidas masivamente.
Abandonando las jerarquías que marginaban a la cerámica a la artesanía, Català Roig y Pinya consiguen transcender conceptualmente hacia una reivindicación de valores tales como la manufactura, la singularidad, la identidad, la memoria y el territorio.
Joan Pere Català Roig (Palma, 1973), considerado un ceramista de gran creatividad y técnica, es, desde 2012, director de la Escuela Municipal de Cerámica de Marratxí. Le distinguen obras como la elaboración de las baldosas para la restauración del campanario de la Cartuja de Valldemossa (2003), el mosaico de la fuente de la plaza de la Reina de Palma (2016) o la restauración del mural de Lluís Castaldo del parque de la Quarantena de Palma (2017).
Albert Pinya (Palma, 1985) es uno de los artistas mallorquines de su generación con mayor proyección internacional. Ha recibido el Premio AECA (ARCOmadrid, 2014) y la Medalla de Honor del Premio BMW de Pintura 2016 (Madrid). Primer premio del programa Art Jove Illes Balears del Govern de les Illes Balears 2007. En estos últimos años ha expuesto local, nacional e internacionalmente en museos e instituciones tales como: MAC. Museo d’Arte Contemporanea de Lissone (Italia, 2017), Naves Matadero Madrid (España, 2019), MACE. Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (España, 2020) y Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma (España, 2019).