Texto por Andreu Canals
“COMO DECÍAMOS AYER”, dijo alguien, al retomar las enseñanzas en su cátedra de la Universidad de Salamanca, después de un tiempo apartado de ella y vividos con cierta zozobra. Nosotros también podemos decir que regresamos después de un tiempo amordazados y confinados, con el miedo y la angustia a un morbo; la Covid19, que ha condicionado los dos últimos años de nuestras vidas. Pero volvemos ilusionados también en retomar aquella actividad común que tanto nos satisfacía.
Durante estos dos años se habrán quedado muchos eventos, efemérides y celebraciones en la memoria de lo pendiente. Muchas de ellas seguro que las podremos recuperar en futuras ocasiones.
El día 25 de febrero hizo un año que se cumplió el centenario del aropuerto de Son Bonet. A consecuencia de las restricciones no estaba previsto por parte de la administración celebración alguna, pero un grupo de personas de la Asociación de Amigos de la Aviación Histórica junto al Real Aeroclub de Baleares, decidieron que no podía pasar semejante conmemoración sin un pequeño acto que diera protagonismo a esta puerta por donde llegó el primer turismo a la isla y que provocó un cambio social y económico de sus habitantes.
Fue un acto modesto, intimo, pero que dejó constancia de tan importante fecha. Ignorado, pero cuando se habla de este aeropuerto pocos son los que no han tenido alguna experiencia en él, o bien propia o de alguno de sus familiares en sus viajes a la isla.
Así pues, el día 25 de Febrero de 2021 se recordó el aterrizaje en la misma fecha de 1921 del piloto Manolo Colomer a bordo de su Aviatik IV para desde ahí realizar su campaña de vuelos de turismo y bautismos de aire que había venido a ofrecer.
¿Cómo se llegó a esta situación?. Si hacemos un poco de historia nos encontramos a principios del siglo XX, en 1900. Un país con una situación social complicada, intentando superar la depresión producida por el desastre del 98, que causó la pérdida de nuestras últimas colonias de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas. Repatriado el ejército que había luchado en aquellas lejanas tierras, muchas de las unidades se disolvieron y otras se reorganizaron.
En Mallorca se buscaban unos terrenos para la ubicación de un cuartel de Ingenieros. El Ayuntamiento de Palma ofreció al Ministerio de la Guerra unos terrenos de unas 30 ha, esto era Son Bonet, situado entre los caseríos de Pont d’inca y Pla de Na Tesa.
Aceptados por los militares en 1904 ya estaba construido y en servicio este cuartel de Ingenieros. Amplio y con un extenso terreno perfecto para realizar sus ejercicios de trincheras y blocaos, etc. A lo largo de los años también acudirían diversas armas de la Ciudad como la artillería para realizar sus ejercicios y maniobras.
Llegado 1921, a principios de febrero, llega a Mallorca el aviador catalán Manolo Colomer para realizar la campaña antes mencionada y se dirige a los terrenos de Son San Juan para establecer en ellos su base. Pero la lejanía de la ciudad y la falta de medios de transporte dificultaban mucho su tarea. En uno de sus vuelos se fijó en los terrenos de Son Bonet, que estaban muy cerca de la ciudad y además disponían de excelentes medios de comunicación como el tranvía o el tren.
Apostó trasladar allí su base de operaciones. Puesto en contacto con los militares de Ingenieros y explicados sus planes, accedieron a que utilizara sus terrenos como campo de aterrizaje y despegue, y además se ofrecieron a custodiarle su avión por la noche en el patio del acuartelamiento. En 1934 fue la cuna de la fundación del Aeroclub de Baleares. Durante la guerra ejerció de campo de mantenimiento para las unidades italianas basadas en Son San Juan. En 1939 ascendió a Aeropuerto Comercial de Palma de Mallorca hasta 1960 que la actividad se trasladó a Son Sant Joan.