Los investigadores Javier Gulías León y Veriozka Azeñas Mallea, del Departamento de Biología de la UIB, y María Tugores Ques, directora de la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares, han realizado un estudio sobre alternativas de producción y consumo responsable de hortalizas para mitigar los impactos económicos ocasionados por la pandemia de la COVID-19 en Mallorca y Bolivia.
La investigación ha abordado dos problemas: el impacto económico de la pandemia en el sector gastronómico y hotelero de Mallorca y, por otra parte, el incremento de las vulnerabilidades a causa de la pandemia en la actividad de comercialización de hortalizas agroecológicas de la asociación boliviana de productores PRAAI.
Alternativas en la producción de hortalizas
Los profesionales de las áreas de biología vegetal y gastronomía han explorado la producción sostenible de hortalizas en formatos emergentes, como los microbrotes, y han evaluado sus potencialidades gastronómicas como alternativa de producción y consumo responsables.
En este sentido, se ha estudiado la producción de 17 especies. Los resultados muestran que el girasol, el sésamo y el rábano presentan altos rendimientos, mientras que el ajo chino, la quinoa y la soja tienen contenidos altos de clorofila y carotenoides. Además, se han realizado pruebas de cocina con los microbrotes para valorar la calidad y los usos del producto, el aroma, la textura y el valor ornamental de 10 especies.
Recuperación de la producción agroecológica de Bolivia
La investigación también ha analizado cómo mitigar los impactos económicos provocados por la pandemia de la COVID-19 en la actividad de producción y comercialización de hortalizas agroecológicas de la asociación boliviana PRAAI.
Así, se ha elaborado y difundido un protocolo propio de seguridad COVID-19 [Office1] con los productores y clientes, y también se ha cofinanciado la compra de materiales de protección sanitaria. Esto ha permitido reducir el riesgo de contagio y garantizar la seguridad sanitaria de la actividad de la asociación PRAAI, lo que ha transmitido confianza a los clientes y ha fortalecido el mercado.
Para la recuperación económica de la actividad de la asociación de productores, los investigadores han trabajado con gastrónomos colaboradores para conservar sus alimentos. Esto ha permitido recuperar las ventas, diversificar la oferta y superar las pérdidas sufridas durante el confinamiento.
Este proyecto forma parte de las 11 investigaciones que han financiado la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad (ODCS) de la UIB y la Consejería de Asuntos Sociales y Deporte en el marco de las convocatorias I y II de investigación de impacto social aplicada al desarrollo humano sostenible en el contexto de la COVID-19.