La Junta de Gobierno aprobó ayer la reducción del precio del 100% para las actividades de carácter social de los centros de barrio de Palma para el curso 2022-2023 en lo que se refiere a los cursos de conversación de castellano-catalán para extranjeros, alfabetización digital y talleres para la búsqueda de empleo o realización de trámites con las administraciones a través de recursos personales o de herramientas digitales informáticas.
Estos cursos se impartirán en los casales de barrio de Son Gotleu y Pere Garau donde se ofrecerán un total de 46 plazas, que podrían ampliarse si hubiera más demanda.
Para la concejala de Participación Ciudadana y Gobierno Interior «el acceso a la formación es fundamental para la inclusión social y la integración laboral». Costa hizo hincapié en que desde su área se trabaja en esta dirección «ponemos en marcha programas formativos y educativos gratuitos que favorezcan la adaptación, a la vez que ayudan a fortalecer el tejido vecinal»
Recordamos que los centros de barrio ofrecen una programación de actividades socioculturales abierta a toda la ciudadanía y dirigida a los intereses y necesidades de la población. Ésta, además, se adapta a las características del barrio y de sus alrededores.
De las casas de barrio gestionadas directamente por el consistorio hay algunas que se encuentran en barriadas de Palma que presentan una especial problemática como es alta concentración de pobreza y paro, concentración de población vulnerable, el hecho de tratarse de un barrio estigmatizado, población en situación irregular, conflictos de comunicación o limitaciones para acceder a los recursos.
Es por este motivo que entre las actividades programadas en los centros de barrio se incluyen algunas que se consideran adecuadas para dar respuesta a las mencionadas debilidades y amenazas y, especialmente, para facilitar recursos a la población para mejorar su integración en el municipio y también su capacidad de relación entre los vecinos.
Uno de los posibles obstáculos para el acceso a dichas actividades, en barrios de alta concentración de pobreza y paro, es la obligación del abono de una cuota de inscripción que puede limitar totalmente la participación de las personas que más lo necesitan, incrementando la exclusión que ya sufren.