El tiempo que el alumnado pasa en el patio es superior al tiempo que dedica a las sesiones de educación física o al tiempo lectivo que dedica a otras materias. En este sentido, la tesis de M. Isabel Salas Sánchez, defendida en la Universidad de las Islas Baleares, destaca que apostar por intervenir en el patio de los centros educativos puede ayudar a mejorar aspectos relacionados con la salud, las habilidades sociales y de relaciones, luchar contra la desigualdad de género y mejorar aspectos que benefician al rendimiento académico.
El patio es, según la investigadora, un tiempo que puede contribuir a desarrollar competencias que persigue la educación del siglo XXI como la igualdad, la colaboración y la comunicación. En este contexto, se ha realizado una revisión de artículos relacionados con las intervenciones durante el tiempo del patio en los centros educativos de diferentes países.
La tesis recalca la necesidad de tener instrumentos que ayuden a los centros a poder obtener información sobre lo que sucede en el tiempo de patio. Entre estas herramientas hay cuestionarios validados para poder conocer de forma objetiva, fiable y precisa cómo el alumnado vive el tiempo de recreo en lo que se refiere a las relaciones, la actividad física y la salud.
Aumento de la actividad física
Así como apunta la investigación, los patios de los centros escolares son un excelente recurso para aumentar el tiempo de actividad física entre los jóvenes. Es necesario, según la tesis, sumar este tiempo al de las sesiones de Educación Física para así mejorar la salud y luchar contra la inactividad que se genera en el horario lectivo en una jornada escolar, y en muchos casos, también fuera.
En este sentido, la mayoría de estudios analizados sugiere que la actividad física durante el esparcimiento puede aumentar a través de una intervención, que provoca cambios positivos en el bienestar y en las interacciones sociales de los alumnos.
Mejora del rendimiento escolar
Existen amplias evidencias de la incidencia directa de la actividad física en el rendimiento académico y en la mejora de la atención ejecutiva. Así, la investigación apunta que el tiempo de esparcimiento ayuda a liberar energía, especialmente en el alumnado más inquieto y, al mismo tiempo, tiene efectos positivos sobre las funciones ejecutivas, por lo que se convierte en un aliado del aprendizaje.
Mejora de la convivencia
Por otra parte, la tesis recalca que el patio escolar es el espacio donde existen más oportunidades de relación e interacción interpersonales, se establece la selección libre de compañeros y es donde se generan la mayoría de relaciones asimétricas espontáneas. Por tanto, la investigadora defiende que un patio bien estructurado y organizado puede ayudar a mejorar la convivencia, resolver conflictos y practicar las habilidades sociales. Además permite trabajar la empatía, la comunicación, la cooperación, la negociación, el respeto a las normas de juegos, el respeto mutuo y el intercambio de opiniones, entre otros.
En este sentido, M. Isabel Salas Sánchez explica que muchos de los conflictos que se producen en los centros surgen o se generan en tiempo de esparcimiento. Así, concluye que la intervención en este ámbito puede mejorar la convivencia y reducir el número de conflictos.