El 6 de enero, el Roscón de Reyes se convierte en el dulce estrella de la jornada. Pero, ¿qué significa realmente el haba y cuál es su relación con Mallorca?
Palma, 4 de enero de 2025 – El Roscón de Reyes es un postre imprescindible en las celebraciones navideñas, especialmente el Día de Reyes. Aunque su presencia es indiscutible en toda España, pocos conocen el origen de la tradición de esconder un haba en su interior. Este elemento simbólico, ahora asociado al «castigo» de pagar el postre, tiene una historia fascinante que se remonta al siglo II a.C. y ha evolucionado a lo largo de los siglos.
El origen del haba
El Roscón de Reyes tiene sus raíces en las Saturnales romanas, festividades paganas que marcaban el fin del periodo más oscuro del año. En aquel entonces, el roscón era una torta que incluía un haba como símbolo de fertilidad y prosperidad. Aquel que la encontraba se consideraba afortunado, un augurio de buena suerte para el resto del año.
Con la llegada de la Edad Media, el significado del haba cambió. Durante las celebraciones del Día de Reyes, se elegía al «rey del haba», una figura efímera que gobernaba en un mundo al revés, donde los pícaros podían burlarse de los poderosos. Sin embargo, el mandato de este rey temporal terminaba en humillación, dando origen a expresiones como «tontolaba». Con el tiempo, esta tradición se integró en el Roscón de Reyes, donde el haba pasó a simbolizar la obligación de pagar el postre.
Tortell de Reis
En Mallorca, el Roscón de Reyes, conocido como Tortell de Reis, ha mantenido la tradición del haba y las figuritas, pero con un toque local. Las panaderías y pastelerías mallorquinas elaboran versiones que incluyen ingredientes autóctonos como almendra mallorquina, cabello de ángel casero o incluso aromas cítricos locales. Estas variantes respetan la esencia del roscón pero lo adaptan al gusto balear.
El Gremi de Forners i Pastissers de les Illes Balears estima que cada año se producen más de 60.000 roscones en Mallorca, consolidándose como uno de los postres más vendidos de la Navidad. Además, en mercados tradicionales como el de Santa Catalina o el Olivar, es habitual encontrar roscones artesanos con decoraciones únicas que reflejan la cultura local.
Aunque en tiempos pasados el haba estaba ligada a la burla, hoy su presencia en el Roscón de Reyes se ve con cariño. La tradición dicta que quien la encuentre debe pagar el postre, mientras que el afortunado que encuentra la figurita se convierte en el «rey o reina» de la jornada. Muchas familias mallorquinas mantienen viva esta costumbre durante las reuniones navideñas, haciendo del Roscón de Reyes no solo un postre, sino un momento de diversión y convivencia.
Con el auge de los roscones artesanos y la incorporación de ingredientes locales, la tradición del Roscón de Reyes en Mallorca sigue creciendo. Algunas pastelerías incluso organizan concursos para encontrar el mejor roscón de la isla, promoviendo tanto la calidad como el respeto por esta costumbre ancestral. Aunque el haba ya no augura fertilidad ni humillación, sigue siendo un pequeño tesoro que conecta las mesas de Mallorca con siglos de historia.