El emblemático reloj «En Figuera», situado en la fachada del Ayuntamiento de Palma, no solo marcó las horas durante siglos, sino que también se convirtió en un elemento clave para la seguridad y comunicación de la ciudad, anunciando peligros, celebraciones e incluso el toque de queda en épocas pasadas.
Palma, 7 de enero de 2025. En la fachada del Ayuntamiento de Palma, en la emblemática Plaza de Cort, el reloj conocido como En Figuera sigue siendo un testigo silencioso de los cambios y momentos históricos de la ciudad. Este reloj, cuya historia comienza en el siglo XIV, ha evolucionado junto con Palma, convirtiéndose en uno de los símbolos más reconocibles y queridos por sus habitantes.
Un inicio en la Torre de las Horas
La historia de En Figuera se remonta a 1386, cuando el Gran y General Consell adquirió una torre situada en la calle Victoria, muy cerca del actual Ayuntamiento, para instalar un reloj mecánico y una campana de 1.880 kilos, fabricada por el platero Pere Joan Figuera, de quien el reloj toma su nombre. Esta torre, conocida como la Torre de las Horas, albergaba uno de los primeros relojes de torre de España y marcaba el tiempo en base al cómputo de las horas solares, un sistema innovador para la época.
El reloj funcionaba en dos ciclos diarios: uno que comenzaba con la salida del sol y otro con su puesta. Este sistema, aunque diferente al convencional de 24 horas, reflejaba una estrecha relación con los ritmos naturales y la vida cotidiana de los palmesanos.
El traslado a Cort
En el siglo XVII, la campana original fue refundida tras ser acribillada debido a impactos de proyectiles. Aunque no hay documentación oficial que explique con detalle el suceso, se cree que estos daños fueron provocados durante algún evento violento o conflicto bélico en Palma, que pudo involucrar el uso de armas de fuego o artillería como las utilizadas por los corsarios de aquella época. Debido a los daños sufridos, la campana fue refundida en 1660 por el maestro campanero Joan Cardell con un peso de 1.843 kilos, quien utilizó el material de la campana original para crear la que se conoce actualmente.
La nueva campana llevaba una inscripción religiosa en latín que evocaba protección divina y devoción a la Virgen María:
«ECCE CRVSEM DOMINI NOSTRI IESV CHRISTI FVGITE PARTES ADVERSE VICIT LEO DE TRIBV IVDA RADIX. AVE MARIA GRATIA PLENA DOMINVS TECVM ORA PRO NOBIS BEATA ANNA ANNO DOMINI MDCLXXXI CARDELL.»
Traducción al español:
«He aquí la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Huid, enemigos; ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz. Ave María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Ruega por nosotros, Santa Ana. Año del Señor 1681. Cardell.»
Sin embargo, la Torre de las Horas fue dañada por un tornado a mediados del siglo XIX y tuvo que ser derribada.
En 1848, el reloj y la campana fueron trasladados al edificio de Cort, donde todavía permanecen. Años más tarde, en 1863, el reloj original fue sustituido por uno nuevo, fabricado por la prestigiosa casa francesa Collin. Este cambio marcó una nueva era para En Figuera, que comenzó a sonar en su nueva ubicación el 10 de octubre de 1863, coincidiendo con el cumpleaños de la Reina Isabel II.
Aunque se tenía la intención de preservar el reloj original, este desapareció en torno a 1868, dejando solo la campana como vínculo con el pasado.
La campana de En Figuera no solo anunciaba las horas, sino que desempeñaba un papel clave en la comunicación de la ciudad. Se utilizaba para alertar de incendios, pronunciamientos o cambios de autoridades, y también para marcar el toque de queda en el siglo XIX. Este último consistía en 25 golpes rápidos que indicaban a los ciudadanos que debían permanecer en sus casas, dando paso a las patrullas nocturnas.
Con el tiempo, estas funciones desaparecieron, pero la campana sigue siendo una de las pocas que aún suenan en Palma, junto con las de la Catedral, algunos conventos y otras iglesias históricas.
Fotos de UEP! Cosetes de la nostra terra i altres
Modernización y restauraciones
El reloj fue restaurado por primera vez en 1964 por Fernando Fernández Andrés, relojero municipal, quien también se encargó de electrificar el mecanismo para garantizar su funcionamiento. Desde entonces, ha sido sometido a varias intervenciones para preservar su precisión y longevidad. En la actualidad, En Figuera combina elementos de su mecanismo histórico con tecnología moderna, manteniendo su esencia mientras se adapta a los nuevos tiempos.
Un símbolo de Palma
El reloj En Figuera no es solo una herramienta para medir el tiempo; es un símbolo cultural y un testimonio de la evolución histórica de Palma. Ha sido testigo de celebraciones, protestas, y de la vida cotidiana en la Plaza de Cort, consolidándose como un elemento fundamental del patrimonio de la ciudad.
Su campana, con más de seis siglos de historia, sigue resonando como un recordatorio del pasado y como un vínculo con las tradiciones que han definido a Palma. Para los habitantes de la ciudad, el sonido de En Figuera es mucho más que una señal horaria: es un eco del tiempo que conecta generaciones.