El billar a tres bandas consiste en hacer carambolas. Se considera carambola cuando la bola jugadora golpea las otras dos bolas en la misma tirada. Pero para que sean válidas, la bola jugadora tiene que haber tocado como mínimo tres bandas, que pueden ser diferentes o repetirse, antes de golpear la segunda bola.
El jugador continúa su turno hasta que falle o cometa falta. Al igual que en el billar francés, la duración del juego vendrá determinada por sets o por distancia (número de carambolas a realizar). Por sets, se suele jugar al mejor de cinco sets a quince carambolas por set. Por distancia, esta será determinada al inicio del juego, acostumbrando a ser de 40 o 50 carambolas.
La afición del billar balear
La afición balear dispone de diferentes clubs entre los que se encuentran: ÁBACO C.B., ASOCIACIÓN BILLAR PALMA, CLUB BILLAR MANACOR, CLUB BILLAR SÓLLER y CLUB FOMENT I CULTURA DE MURO. Existe una Liga Autonómica compuesta por 10 equipos. Las competiciones se desarrollan en equipos de 4 con 7 u 8 componentes, pero que en la partida solo juegan 4. Se juegan en 4 mesas o en 2 mesas en doble turno. Cada parcial de la partida, al ser 4 los que compiten, en 4 mesas, cada mesa puntúa por 2 puntos y gana el que más puntúa.
En este reportaje aparecen la subcampeona de España, Ana Juárez y el número uno de Baleares, Carlos Crespo, que está entre los 10 mejores jugadores de España. Ana se inició desde muy jovencita, no en vano, es hija del actual presidente de la Federación Balear de Billar, Alejandro Juárez. Es una de las pocas jugadoras de Baleares y ha necesitado trabajar mucho para llegar hasta el podium.
Gracias a que su entrenador se la llevó a competir a Murcia, pudo conocer a otras jugadoras y animarse a seguir compitiendo. Una labor que ha compaginado con sus estudios. Este año inicia sus estudios de Bioquímica en la UIB y al ser considerada deportista de alto nivel podrá compaginar ambas tareas.
El campeón Carlos Crespo pone en valor la Escuela de billar para niños de la que ha salido una gran cantera. Los inicios de Carlos fueron a los 8 años junto a su padre, mientras lo compaginaba con el fútbol. Se decantó por el billar y su padre le llevó a los campeonatos nacionales sub 17, 21, 25 hasta que llegó al absoluto.
Reconoce que se necesita un poco de don, pero que requiere de una serie de horas. Recuerda que de los 12 a los 18 entrenaba 4 o 5 horas diarias. El hecho de salir a competir, a pesar de que las primeras experiencias puedan ser difíciles, hace que evoluciones como jugador. Actualmente, compite a nivel mundial. Ha participado en competiciones en Colombia o Corea del Sur, entre otros lugares.
Ana reconoce que el billar es un deporte muy solitario, porque aunque se juegue con otras personas, el entreno consiste en ti mismo. Sus entrenos consisten en acudir al club, preferiblemente en horario matinal porque hay menos gente. Entrena las diferentes posiciones que hay en el billar, como cabañas, rodadas o cinco bandas y le dedica toda la jornada a practicar alguna de ellas.
El hecho de que existan competiciones femeninas ayuda a que las mujeres tengan más fuerza para poder seguir en este deporte e impulsarlo de alguna manera entre las mujeres. Su principal objetivo tras coronarse como campeona nacional es conseguir el campeonato europeo.