Fang Ji es un empresario «mallorquín de origen chino» (como él mismo se define) afincado en Mallorca, que forma parte de una generación de emigrados que siente la necesidad de compartir el conocimiento y una fuerte predisposición a la interculturalidad. Nació en 1988 en la ciudad china de Wenxi y con solo 16 años, llegó junto a su familia a Mallorca. Retomó sus estudios en el colegio Sant Josep Obrer de Palma y lo combinó regentando una tienda de ropa familiar en el barrio palmesano de Pere Garau.
Aunque Fang Ji no se considera un empresario de éxito, humildad basada en algunos fracasos que ha sabido superar, su irrupción en el mundo empresarial, con una creciente diversificación del tejido empresarial chino en la economía isleña, lo enfocó hacia los sectores de innovación, desde el tecnológico al inmobiliario y sanitario, que le han proporcionado gran prestigio tanto en el ámbito local, como nacional. No en vano, durante los primeros días de la crisis sanitaria de la covid-19, fue uno de los agentes sociales que coordinó, junto al Govern Balear, la llegada de equipamiento sanitario a las islas, principalmente mascarillas.
En 2015 fundó junto a 2 socios, uno de ellos español, ACHINIB, la Asociación China de las Islas Baleares, que pretende promover, proteger e integrar a colectivos de inmigrantes, tanto a la comunidad china (10.000 habitantes; 1200 son empresarios) como a otros colectivos. En su afán por mostrar la cultura y el negocio chino, este colectivo se dedica a difundir la forma de vida occidental a sus compatriotas «cuanta más información, hay menos conflictos», a través de encuentros lúdicos o celebraciones como el Año Nuevo Chino, en el que participaron más de una cuarenta de asociaciones municipales y deportivas. Un éxito de evento que congregó a más de 25 mil personas durante el último domingo de enero.
Según el portal «Economía de Mallorca», tanto la destacada vocación social como la experiencia profesional de Fang Ji han motivado su nombramiento como Delegado territorial en Baleares y, a la misma vez, Consejero Ejecutivo nacional de la Asociación de Empresarios Chinos de Qingtian. La misma entidad ha asegurado que la Asociación de Empresarios Chinos de Qingtian es una de las agrupaciones empresariales chinas con más presencia en España y con el mayor número de socios.
Entre sus objetivos se destaca el estudio de posibles relaciones comerciales y turísticas, así como la promoción de crear lazos con empresarios internacionales. Es evidente que la ciudad de Qingtian no es un lugar cualquiera: La mayoría de los emigrantes chinos de España proceden de esta ciudad, con una población de 450.00 habitantes, las políticas del gobierno local incentivan la emigración hacia otros territorios europeos.
El tejido económico chino tiene mucha visibilidad debido a que la mayoría de comercios están a pie de calle. Según Fang JI los comercios chinos están apostando por la calidad y la experiencia de los clientes; algo que se aprecia en las reformas de muchos locales que muestran un aspecto más moderno. Otro cambio de paradigma es que estos mismos empresarios están empleando mano de obra local, no solo china. Las empresas chinas quieren focalizarse en otros sectores como el inmobiliario, agencia de viajes e incluso en la sanidad. «La segunda generación de chinos está ubicada en sectores más profesionales o en negocios con cierto conocimiento técnico. También podemos ver que tras la pandemia, muchos chinos han cogido bares para expandir su negocio familiar».
Una de las principales facetas de Fang Ji es la consultoría de comercio internacional. Se dedica a asesorar a empresas jóvenes locales que, una vez que ya tienen su tecnología definida y sus patentes, necesitan producir, ahorrando costes y aprovechan las ventajas que tiene la industria china.
Uno de los barrios más representativo para la comunidad china es el de Pere Garau, «es nuestra cuna, conozco a casi todos los vecinos». Es muy destacable que durante la pandemia desde la asociación ACHINIB incentivaron el gasto en el comercio local con la promoción de un vale de 1000 € por la venta de inmuebles.
Siempre recuerda su llegada a la isla de una forma muy cálida, de hecho su primera novia fue mallorquina y gracias a ella se introdujo en la cultura balear de forma totalmente natural. Reconoce que todos los emigrantes han tenido la misma suerte que él y por eso creó ACHINIB, para poder ayudar a sus compatriotas y dar a conocer el lugar que han elegido para vivir. Considera que muchos chinos ponen la excusa del idioma para evitar la integración, pero Fang Ji se pone como ejemplo de integración, «cada uno de nosotros somos un libro abierto y tenemos que aprender los unos de los otros».
Uno de los frutos de la asociación ACHINIB ha sido la fundación de Centro Educativo Huayue que imparte cursos de iniciación de mandarín chino para adultos, talleres de caligrafía china, aulas de música y teatro y centro de ocio y cultura para cualquier ciudadano de Palma.
Os invitamos a que dediquéis unos minutos a disfrutar de la breve entrevista que le hemos realizado en su despacho de la calle Patronato Obrero, en el que repasa su trayectoria y realiza profundas reflexiones acerca de su cultura y ACHINIB.