La historia del emblemático DC-3 cobra nueva vida gracias a la labor de la Asociación de Amigos de la Aviación Histórica (AAAH). En una jornada especial, la familia de Fotos Antiguas de Mallorca (FAM) fue testigo del trabajo dedicado de restauración de esta pieza histórica, de la mano del mecánico militar y civil Fabián, un experto con una conexión personal y profesional con esta aeronave.
En una soleada tarde mallorquina, los miembros de FAM recorrieron las instalaciones del aeródromo de Son Bonet, donde el majestuoso DC-3, fabricado en 1942, reluce gracias al esfuerzo de un equipo de voluntarios que, desde hace años, se dedica a su recuperación. Fabián, un veterano mecánico militar y civil, fue el encargado de guiar la visita, aportando un relato lleno de anécdotas y detalles técnicos sobre este avión, que ha surcado los cielos en diversas misiones a lo largo de su historia.
El avión, que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial bajo las siglas de la USAF, llegó a Mallorca tras años de servicio en distintos frentes y como transporte civil. Fue abandonado durante más de dos décadas, sufriendo los estragos del tiempo y la intemperie. Sin embargo, el equipo de la AAAH, liderado por Joan Borrell, Fabián y otros apasionados de la aviación, lo rescató para devolverle su esplendor.
Entre los desafíos más notables de la restauración, Fabián destaca los daños que el DC-3 sufrió en un accidente en Florida, donde colisionó con unos árboles debido al fallo en la frenada de la rueda izquierda durante un aterrizaje. “La reparación fue hecha en Estados Unidos, pero nos encontramos con costillas sin agujeros en una de las alas, lo que complicó mucho la instalación del sistema eléctrico”, comenta el mecánico, quien con paciencia y precisión ha trabajado en la sustitución de partes clave del avión.
El proceso de restauración ha requerido la reconstrucción de muchas piezas, desde los mandos de vuelo, fabricados en Argentina a partir de moldes originales, hasta la instalación de nuevos cristales y gomas para evitar filtraciones. «Todo esto ha sido un trabajo artesanal, realizado por un equipo entregado y por voluntarias como Carmen, que dedicaron semanas a raspar y pintar manualmente», añade Fabián, visiblemente emocionado al recordar el esfuerzo de sus compañeros.
A lo largo de la visita, el mecánico desvela con orgullo cómo han logrado preservar las características originales del avión, desde el revestimiento en tela de los mandos de vuelo hasta las emblemáticas estrellas americanas que lucen en su fuselaje. El interior del avión también ha sido objeto de una minuciosa restauración, con la incorporación de paneles y sistemas originales, muchos de los cuales han sido replicados en 3D a partir de planos históricos.
A pesar de la magnitud del proyecto, Fabián recalca que siempre quedan detalles por mejorar. «Aquí nunca se termina. Aunque lo hemos restaurado, siempre hay algo que hacer. Es un trabajo constante», confiesa, mientras muestra los mecanismos hidráulicos que ha tenido que desmontar y reparar pieza por pieza.
La historia de este DC-3, tan vinculada a los cielos de Mallorca, también tiene un fuerte componente emocional para Fabián. “Este avión me hizo mecánico cuando tenía 18 años en Salamanca. Trabajé con él y siempre tuve la ilusión de verlo restaurado. No podía permitir que lo tiraran”, concluye el mecánico, emocionado por la trayectoria del aparato y por el esfuerzo colectivo de los que, como él, han dedicado su tiempo y pasión a devolverle la vida.
Este reportaje ofrece un vistazo íntimo y espontáneo a la ardua tarea de preservar un trozo de la historia de la aviación. Cada detalle en la restauración del DC-3, desde su historia militar hasta su función como testimonio patrimonial, refuerza el valor de mantener viva la memoria de estas joyas aeronáuticas. El trabajo de la AAAH es un homenaje a la aviación, pero también un legado cultural para futuras generaciones en Mallorca.