Con los cambios de hábitos típicos del verano, con más comidas fuera de casa y una dieta rica en fruta y verdura, salen a la luz más sensibilidades alimentarias, que pueden observarse fácilmente con un Test de Sensibilidad Alimentaria
Estamos a las puertas del verano, época en la que los especialistas advierten de un incremento en el número de pacientes que se interesan por la sensibilidad alimentaria. Concretamente, el número de este tipo de pruebas aumenta en un 18 % entre los meses de julio y septiembre, según un estudio llevado a cabo por Eurofins Megalab, laboratorio líder en el mercado español de análisis clínicos, genética y anatomía patológica.
Parece que una de las razones podría ser el cambio de hábitos típico de estos meses, que, en general, incorpora una dieta rica en verduras y frutas para combatir las altas temperaturas y más comidas fuera de casa. Atendiendo a los síntomas que derivan de la sensibilidad a determinados alimentos, pero, sobre todo, a las consecuencias a largo plazo que puede tener para la salud, es fundamental detectar a tiempo su existencia para poder tomar medidas.
Según el estudio, algunas frutas y verduras son causantes de las sensibilidades más frecuentes. De los pacientes analizados que presentan reactividad a algún alimento, el 74,5% presentan sensibilidad al plátano, el 60,8% son sensibles al kiwi y el hasta el 45,1% presentan sensibilidad a la piña. Asimismo, otro alimento especialmente delicado es la clara de huevo (76,5%) por la gran variedad y cantidad de alérgenos que contiene, muchos más que la yema. A mucha distancia encontramos la leche y el queso de vaca, al que son sensibles el 41,2% de los participantes en el estudio.
La sensibilidad alimentaria, que es distinta a la intolerancia, surge cuando nuestro sistema inmunitario crea anticuerpos frente a las proteínas que contienen determinados alimentos (antígenos), provocando, unas horas o días después de la ingesta, síntomas tan diversos como problemas digestivos (diarrea, estreñimiento, flatulencias, hinchazón, malas digestiones, síndrome del intestino irritable o acidez), sistémicos (edemas), musculares (fatiga) y neurológicos (migraña, depresión, ansiedad, hiperactividad). Dicho esto, es importante no confundir la sensibilidad alimentaria con las alergias o las intolerancias, que producen una reacción mucho más rápida y severa.
Los test de sensibilidad alimentaria: cómo funcionan y cosas a tener en cuenta
Ante la sospecha de padecer alguna sensibilidad alimentaria o señal de presencia de alguno de estos síntomas, es recomendable realizar una prueba de diagnóstico para identificar el alimento al que se presenta sensibilidad y ponerse así en manos de un médico o nutricionista que nos ayude a abordar cualquier incidencia. Una herramienta que nos permite hacerlo son los test de sensibilidad alimentaria, como el de Eurofins Megalab, capaz de analizar el impacto sobre el organismo de hasta 204 alimentos.
Este test se realizaba por la técnica ELISA (Enzyme Linked Inmuno Sorbent Assay). Técnica muy utilizada en los laboratorios para la realización de ensayos en la medición de anticuerpos, antígenos, proteínas, actividad enzimática etc. En la actualidad y, desde el año 2022, Eurofins Megalab decidió dar un salto cualitativo en sus tests y cambiar la técnica de análisis, y realizar la prueba de sensibilidad alimentaria por la técnica Microarray, que es una técnica automatizable con mayor sensibilidad y especificidad que los ELISA.
Esta técnica se desarrolló para el estudio de expresión de genes y ha sido adaptada para estudios de interacción de proteínas y pequeñas moléculas en el diagnóstico clínico de forma habitual, permitiendo en este caso la determinación de los niveles de anticuerpos lgG4 presentes en la muestra del paciente, frente a los diferentes antígenos incluidos en la prueba. Tras la realización de la prueba se realiza el informe y se clasifican los alimentos estudiados en tres grupos en función de la reactividad generada:● Verde: alimentos tolerados que no generan sensibilidad en el paciente.
● Amarillo: alimentos que generan una sensibilidad moderada en el paciente.
● Rojo: alimentos que generan sensibilidad alimentaria y que deberán eliminarse de la dieta temporalmente y ser reintroducidos de forma controlada.
Ante cualquier sensibilidad detectada, es fundamental acudir al especialista es fundamental
Una vez determinada la presencia de sensibilidad alimentaria, los alimentos que presentan mayor reactividad, es fundamental acudir siempre a un especialista que aconseje al paciente sobre la dieta más adecuada a seguir.“Cada vez son más las personas que se preocupan por su salud y calidad de vida poniendo una especial atención a la alimentación. Y no solo en lo que se refiere a la calidad, los nutrientes o la procedencia de los alimentos, sino también a cómo afectan al organismo”, afirma José Ramón González, asesor científico en Eurofins Megalab. “Y, es aquí donde entra en juego la sensibilidad alimentaria, es importante que la población sepa que dispone de herramientas efectivas que les ayudan a detectar posibles alimentos que producen síntomas y consecuencias incómodas. Es importante recalcar que cualquier tratamiento que se decida llevar a cabo en función de los resultados de la prueba de sensibilidad alimentaria, deben ser consultado o prescritos por un experto, ya sea médico o nutricionista”.