El teniente de alcalde y presidente de la Empresa Funeraria de Palma, Alberto Jarabo, agradeció al personal de la empresa pública su implicación estas últimas semanas, desde que se decretó el estado de alarma por la COVID-19.
«La funeraria municipal está haciendo un gran esfuerzo de adaptación a la tragedia que el coronavirus ha provocado en el seno de muchas familias» explicó Jarabo quien ha hecho valer que «la empresa pública ha atendido desde el comienzo todos los casos de muertes por coronavirus, ante la indecisión e inhibición de las empresas privadas que pertenecen a grupos funerarios«.
Hasta día 10 de abril la Empresa Funeraria Municipal se ha hecho cargo del 85 por ciento de las defunciones a causa de este virus. Este hecho ha obligado a redimensionar los turnos de trabajo para poder atender dos circunstancias que han confluido: por un lado la crisis de la COVID-19, y por otro el incremento general de los fallecimientos en un 32 por ciento. Este esfuerzo extraordinario ha permitido que no se hayan producido demoras en ningún momento, una situación que sí se ha dado en otros lugares de España donde se ha tardado hasta cuatro días en recoger a las personas fallecidas.
La Empresa Funeraria de Palma ha incrementado hasta un 66 por ciento la capacidad de trabajo en cuanto a las inhumaciones y hasta un 62 por ciento la capacidad de incineraciones. Todo ello sin que en ningún momento haya faltado material de seguridad o de higiene.
Para Jarabo «contrasta mucho la ágil capacidad de reorganización de la empresa pública frente a la actuación del sector privado. La adaptación que ha hecho el personal de la EFM ha sido modélico y digno de reconocimiento. Son los trabajadores públicos los que están dignificando el despido de las personas muertas por coronavirus«.