La cooperación de la población y la adopción de hábitos de consumo responsable serán cruciales para enfrentar esta situación
Las Illes Balears enfrentan una situación crítica en cuanto a sus reservas hídricas, que han caído al 46% en julio, según los últimos datos. Este descenso representa una reducción de 4 puntos porcentuales respecto al mes anterior y 9 puntos menos en comparación con el mismo período del año pasado, cuando las reservas se situaban al 55%. La situación actual exige una estricta vigilancia y una gestión rigurosa de los recursos hídricos.
En particular, la Unidad de Demanda (UD) de Formentera ha entrado en un escenario de alerta este mes, mientras que las otras nueve unidades (Menorca, Artà, Manacor-Felanitx, Migjorn, es Pla, Palma-Alcúdia, Tramuntana Norte, Tramuntana Sur e Ibiza) se mantienen en el escenario de prealerta. Este cambio refleja una tendencia preocupante en la disminución de las reservas hídricas en toda la región.
Todas las UD han experimentado una reducción en sus reservas. La situación general de la demarcación presenta un índice de 0,365, significativamente inferior al del año pasado (0,546) y al de hace dos años (0,459). En términos porcentuales por isla, Mallorca ha bajado del 50% al 47%, Menorca del 50% al 44% e Ibiza del 35% al 32%.
La situación global de las Baleares es preocupante, con niveles de reservas hídricas por debajo de los registrados hace un año. Las previsiones indican que, considerando la situación actual, la época del año y las precipitaciones de julio, es probable que las reservas continúen disminuyendo durante el mes de agosto.
Ante esta realidad, las autoridades locales están implementando medidas para gestionar el consumo de agua y garantizar el suministro durante los meses más secos del año.