Antonio Piña Ripoll analiza el impacto de la crisis de la vivienda en el negocio de los trasteros y las tendencias emergentes en un mercado en constante evolución.
Palma, 28 de diciembre de 2024.- En medio de la creciente crisis habitacional en Baleares, los trasteros están emergiendo como una solución clave, no solo para el almacenamiento, sino también como reflejo de las dinámicas sociales y económicas actuales. Antonio Piña Ripoll, (Administrador de Fincas y Agente de la Propiedad Inmobiliaria) CEO de Fincas Piña Massip, destaca cómo estos espacios se han transformado en alternativas para personas afectadas por la falta de vivienda, al tiempo que se adaptan a las nuevas necesidades urbanas.
Antonio Piña Ripoll, (Administrador de Fincas y Agente de la Propiedad Inmobiliaria) CEO de Fincas Piña Massip
El desajuste entre el crecimiento poblacional y la construcción de viviendas en Baleares ha llevado a un uso inesperado de los trasteros. Según Piña, “hemos detectado que un segmento de usuarios utiliza trasteros como refugio improvisado para almacenar pertenencias, debido al aumento de los precios del alquiler y la falta de espacio”. En algunos casos extremos, estos espacios han sido adaptados como viviendas de emergencia, reflejando la gravedad de la situación.
La presión sobre el mercado inmobiliario es evidente. Entre 2011 y 2021, la población de Baleares creció en 82.912 personas, mientras que solo se añadieron 11.799 viviendas al mercado como residencias habituales. Este desajuste ha disparado los precios del metro cuadrado hasta los 3.644 euros, situando a las Islas como la comunidad más cara de España, por encima de Madrid.
El auge de los trasteros urbanos
En el contexto urbano, los trasteros se están convirtiendo en una extensión del hogar. “Muchos clientes los utilizan para guardar objetos cotidianos, ropa de temporada o durante mudanzas temporales”. Ahora más que nunca se alquilan habitaciones y la falta de espacio hace que los trasteros en algunos casos sean una extensión de la habitación arrendada , explica Piña. Además, se han detectado usos innovadores, como la gestión de ventas de segunda mano o trueques, que se realizan directamente en los centros de almacenamiento.
El 15-20% de los usuarios de trasteros son profesionales que los emplean para almacenar herramientas o gestionar pequeñas empresas. Este fenómeno se ha intensificado en las áreas urbanas, donde la falta de espacio y las nuevas formas de trabajo impulsadas por la digitalización han generado una creciente demanda de soluciones de almacenamiento flexibles y asequibles.
Las causas de la crisis habitacional en Baleares
El desajuste habitacional tiene raíces profundas:
- Crecimiento demográfico acelerado: Baleares ha ganado 100.000 residentes en los últimos 10 años, pero solo se han construido 30.000 viviendas.
- Precios desorbitados: El coste de la vivienda ha duplicado su valor en tres años, con un precio medio del metro cuadrado de 3.644 euros.
- Viviendas no habitadas: De las 65.240 viviendas nuevas construidas entre 2011 y 2021, más de 105.000 permanecen vacías, destinadas al alquiler turístico , temporada o como segundas residencias.
- Burocracia lenta: Obtener licencias de construcción puede tardar hasta 36 meses, dificultando la expansión del parque habitacional.
- Falta de vivienda social: Con solo 917 VPO construidas entre 2019 y 2021, Baleares se enfrenta a un déficit estructural.
- Soluciones emergentes: cápsulas habitacionales y diversificación de trasteros
En países como Japón y Estados Unidos, las cápsulas habitacionales cercanas a trasteros o aeropuertos ya se están implementando como alternativas temporales y asequibles. Estas soluciones podrían ser replicables en Baleares para atender a trabajadores temporales.
En cuanto al negocio de los trasteros, Piña prevé una diversificación futura que incluya servicios adicionales, como zonas comunes o espacios adaptados a las necesidades de los usuarios. “El sector está evolucionando rápidamente para adaptarse a las demandas urbanas y al contexto socioeconómico actual”, señala.
A pesar de los programas gubernamentales como “Lloguer Segur”, Piña subraya que las soluciones deben enfocarse en promover la construcción de viviendas sociales y fomentar la colaboración público-privada. “Es crucial que las políticas habitacionales se alineen con las necesidades reales y que se implementen estrategias de largo plazo”, concluye.
El futuro de los trasteros en Baleares
Más allá de su función original, los trasteros se han convertido en un reflejo de la capacidad de adaptación de las personas frente a las limitaciones urbanas. Representan una solución inmediata, aunque temporal, para muchos afectados por la crisis habitacional, al tiempo que abren nuevas posibilidades en el mercado de servicios urbanos.
“Los trasteros son una muestra de cómo la creatividad y la resiliencia pueden responder a los retos de las ciudades contemporáneas, pero también un recordatorio de la necesidad urgente de soluciones estructurales para garantizar un acceso digno a la vivienda”, concluyó Piña.