Investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC, CSIC-UIB) han desarrollado un innovador modelo matemático que promete transformar el análisis de las interacciones grupales en diversos contextos sociales. Este estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, introduce el uso de hipergrafos temporales para desentrañar las complejidades de las formaciones y disoluciones de grupos de conversación.
Tradicionalmente, los modelos de redes describen interacciones entre pares, lo cual resulta insuficiente para capturar la dinámica de las interacciones grupales en muchos sistemas reales, como las conversaciones sociales en tiempo real que involucran a tres o más personas. Esta limitación es evidente en redes sociales, biológicas y ecológicas, donde las interacciones son dinámicas y multifacéticas.
El nuevo estudio propone el uso de hipergrafos temporales, una herramienta matemática avanzada que permite representar relaciones entre múltiples entidades simultáneamente. A diferencia de los grafos tradicionales, los hipergrafos utilizan hiperaristas que pueden conectar cualquier número de vértices, proporcionando una representación más rica y precisa de las interacciones grupales.
Investigación y hallazgos clave
El equipo de investigación, que incluye colaboradores de la Universidad Centroeuropea de Viena y la Universidad Queen Mary de Londres, ha desarrollado un conjunto de medidas para analizar parámetros dentro de los hipergrafos. «Aplicando estas medidas a datos sobre interacciones humanas, como las conversaciones en un congreso científico, hemos demostrado la existencia de estructuras grupales coherentes e interdependientes que aparecen de forma persistente», explica Lucas Lacasa, investigador del IFISC-CSIC-UIB.
La investigación analizó 32 horas de interacciones frente a frente entre 403 participantes en un congreso científico. Los resultados mostraron correlaciones temporales significativas, especialmente en grupos de dos a cuatro personas, y revelaron patrones en la formación y fragmentación de grupos. Por ejemplo, los grupos de cinco personas eran más propensos a formarse a partir de un grupo de cuatro que añadía un nuevo miembro, en lugar de un grupo mayor que se dividía.
Este avance representa un paso significativo en la ciencia de redes, con aplicaciones potenciales en múltiples disciplinas. En las ciencias sociales, podría mejorar la comprensión de la dinámica de las interacciones humanas. En epidemiología, podría ayudar a diseñar estrategias más efectivas para el control de enfermedades, al comprender mejor cómo se forman y dispersan los grupos en las poblaciones. Incluso en la dinámica de fluidos, la metodología podría ofrecer nuevas perspectivas sobre la interacción entre grupos de moléculas.
El trabajo del IFISC-CSIC-UIB no solo enriquece el campo de las redes complejas, sino que también abre nuevas avenidas para la investigación interdisciplinaria, demostrando una vez más la importancia de las herramientas matemáticas avanzadas para descifrar las complejidades del mundo real.