Ponyboy en tu cara

¿Dónde vas? ¿Cómo vas? ¿Con quién vas?. A cuántos nos habrán hecho alguna de estas preguntas a lo largo de nuestras vidas. Es un grito de liberación, de arrancarnos las etiquetas y la incomodidad de nuestra identidad. De estar a gusto con nosotros mismos y que el mundo nos respete. Ninguna autoridad moral puede estar por encima de nuestro pensamiento. Así es Isaac aka Ponyboy, una ecuación en nuestra escena reciente. Se acerca a la estética de otras épocas, como la de los 80, momento de explosión cultural y plasma su creatividad a través de ese prisma melancólico lleno de matices coloristas y de extravagancia. Sus ídolos son tan dispares y a la vez tan vanguardistas como Michael Jackson, Loquillo o Tino Casal.

Sus inicios en la fotografía le remontan a su época de estudiante de Bachiller Artístico. Junto a sus colegas iban retratando su cotidianeidad primero con los móviles y luego con cámaras réflex que le permitían una mejor calidad de imagen y la posibilidad de rodar videoclips con buena definición. Su pasión por lo retro le hace descubrir la fotografía analógica, lo que le atrapa en una espiral romántica del proceso de revelado y espera «me gustaba mucho más el proceso creativo. El hecho de ir a una tienda y encontrar el carrete que quieres, tener que meterlo en la cámara, no poder verlo hasta que en una semana ya lo hayan revelado. Esa magia la fotografía digital no me la daba«.

Ponyboy reconoce que disfruta con el punto transgresor de sus fotografías. Son un detallo claro de la nueva actitud juvenil más desenfadada y liberal con una mirada puesta en la moda del pasado pero con muchas ganas de innovar el mensaje. Este artesano de la Polaroid y el carrete recorre los habitáculos más profundos del alma desorbitando las escenas cotidianas para traernos colores frescos del alba.

Su marca de ropa de segunda mano Island Clothing es uno de sus proyectos más ambiciosos. Su idea es poder regentar un negocio en este segmento. Para ello utiliza la herramienta digital que más está impactando en la sociedad, su escaparate es instagram. Lo que le permite poder centralizar toda su creatividad y darle su imagen visual al producto que vende. También a través de las redes sociales busca a los modelos con quien colaborar en su catálogo de prendas. «A la hora de elegir a mis modelos me tiro muchas horas de búsqueda en instagram. Tengo una libreta donde apunto a todos con los que quiero hacer fotos. Lo que se me da mejor es relacionar idea, modelo, ubicación, que tenga un aura que a mi me mole. No es necesario que sea guapí[email protected] con que tenga un rasgo diferente o el pelo de un color que me guste, tatuajes«.

Según Ponyboy el futuro para los jóvenes artistas no está muy claro. Considera que siguen siendo una generación que no saben qué hacer muy bien con su vida. «El arte está muy poco valorado en general. Es muy difícil si algo no da dinero desde el principio que alguien confíe en ti o que apueste por ti. Para crear tu movida necesitas mucho tiempo y dinero que te va a obligar a estar a media jornada en un trabajo de mierda que no te gusta«. Una de las metas de muchos creadores es haber tenido un recorrido y un reconocimiento para que las marcas se fijen en tu trabajo. Pero como explica Isaac eso es muy difícil no si no puedes dedicarle al proyecto creativo todas tus energías.

Ponyboy también canta, rapea o hace trap. Es otra de su inquietudes y también lo usa para mandar mensajes. Si bien reconoce que no cree que no se le da bien, sus fans discrepan, lo sigue haciendo por ese proceso «de crear una canción, tengo ese impulso de soltar cosas que me pasan y la música es una vía para eso. Me gusta el proceso creativo de los videoclips que es con lo mejor que lo paso. Lo que quiero reflejar con una letra, encontrar un sitio, la vestimenta, las pintas que lleve, me flipa como concepto y trabajarlo«.

El nombre de Ponyboy está inspirado en el personaje de la novela junvenil estadounidense The Outsiders (Rebeldes en España) que luego tuvo su adaptación cinematográfica de la mano de Francis Ford Coppola en 1983. Un libro que cogió al azar en un ejercicio del colegio y que luego al ver la peli le hizo rememorar aquel momento que le marcó por la crudeza de la escenas que narra.

Lo que más le gusta de Palma es poder pasear tranquilamente por la ciudad con sus colegas buscando la foto perfecta.

Libro: Un juego para toda la familia, Sophie Hannah

Disco: Baby be mine, Michael Jackson (Thriller)

Película: Rebeldes, Francis Ford Coppola