La vicepresidenta del Consell y consejera de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística, Bel Busquets, ha anunciado hoy la finalización de la excavación en el pecio de Ses Fontanelles en el que “se ha extraído toda su carga con excelentes resultados científicos, tanto en cuanto a las ánforas, que ya sabíamos que encontraríamos como también algunas piezas, no relacionadas con la carga, que no esperábamos y que son importantísimas para profundizar en cómo era la vida y las relaciones comerciales en pleno siglo IV d. C., momento en que se hundió el barco”. Como ejemplo, se han mostrado una lucecita con la imagen de la diosa romana Diana y también el negativo extraído de un tapón de ánfora en el que se distingue un crismón, “un símbolo cristiano que hace pensar que la carga formó parte de un lote comercializado por una autoridad eclesiástica, dos símbolos que muestran la convivencia de la cultura pagana romana y los inicios del cristianismo. Posiblemente la tripulación era pagana y la carga comercializada por alguna autoridad eclesiástica«, ha apuntado uno de los codirectores del proyecto Arqueomallornauta, en el que se enmarcan las excavaciones.
Así, Busquets detalló que ya se extrae toda la carga del barco, alrededor de 300 ánforas, y que los resultados son excepcionales. “Algunas ánforas se conservan íntegras y muchas se han encontrado completas pero fragmentadas y se ha podido determinar que era una carga mixta: algunas con salsas de pescado fermentado (especialmente de “flor de liquamen”), aceite, vino y fermentados para la conservación de fruta (defrutum o sapa, como decían los romanos)”, ha explicado.
En cuanto a los titule picti, las inscripciones en las ánforas con información sobre la carga y la procedencia, en Ses Fontanelles tenemos la colección más amplia de todo el estado español, con un centenar de inscripciones recuperadas. Más allá de la cantidad, lo relevante es que aportarán información sobre los comerciantes, el transporte y también saber sobre las formas de comercio y la organización del comercio en esa época.
Aparte del crismón y la lucecita de aceite, en el pecio de Ses Fontanelles se ha recuperado una herramienta que es como una barrena, seguramente utilizada para la reparación de embarcaciones, que es el primer encuentro en España y una de las pocas que se conservan en todo el mundo. También se han encontrado restos orgánicos de diferente naturaleza y elementos de la vida cotidiana de la tripulación, como dos zapatos, uno esparto y otro de piel.
“Ahora se abre una fase de estudio y documentación de todos los hallazgos y paralelamente se han encargado estudios para evaluar la viabilidad de extraer la estructura naval, que también se encuentra en un excelente estado de conservación ”, ha anunciado la vicepresidenta, quien ha explicado que todavía no se pueden calcular los plazos para esta fase, que tiene como objetivo garantizar la conservación del barco, de 12 metros de eslora y 6 de manga, y la futura museización y puesta en valor.
En la rueda de prensa también estuvieron presentes la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, los codirectores del proyecto: Miguel Ángel Cau Ontiveros (Universidad de Barcelona), Darío Bernal Casasola (Universidad de Cádiz), Enrique García Riaza (Universidad de las Islas Baleares) y Jaume Cardell Perelló, jefe del Servicio de Arqueología del Consell de Mallorca, además del director general de Puertos, Xavier Ramis, administración que colabora económica y logísticamente en el proyecto.
La excavación que ha finalizado ahora, se inició en noviembre de 2021 y es la primera Acción Estratégica del proyecto de investigación Arqueomallornauta, proyecto impulsado por la Dirección Insular de Patrimonio para la recuperación y estudio del pecio de Ses Fontanelles, localizado accidentalmente en el verano de 2019 en la playa de Palma.
En una primera excavación de urgencia se recuperó parte de la carga y los estudios preliminares determinaron que el origen geográfico de la nave era Cartagena, algo excepcional, ya que es el primer pecio romano conocido con un cargamento de esta región naufragado en aguas del Mediterráneo. Asimismo, se pudo fijar que la fecha del hundimiento, en la fase inicial de la Antigüedad Tardana (ss. III y IV dC), momentos en los que hay pocos barcos conocidos en el Mare Nostrum, y muchos menos aún con cargamento hispánico.