Anna Subiela empezó a coleccionar Mariquitas Pérez al inicio de la pandemia de la covid-19, en un momento en el que vivía en una asfixia emocional y de problemas físicos, supuso para ella, abrir una ventana de luz y oxígeno
En esta performance, El Palomar emplea los lenguajes de la reivindicación política a través de medios típicamente artísticos como la serigrafía, creando distintas pinturas portátiles para insertarlas temporalmente en el espacio museístico de Es Baluard Museu
En esta acción, Susy Gómez propone una constelación sistémica en la que la figura del performer se abre al público haciéndole partícipe de una acción, de la que no ha aprendido un papel